A pesar de la simpatía que el proyecto ha despertado entre universidades
y comunidades de usuarios de la red, desde hace casi 10 años el
proyecto “Google Books” enfrenta la férrea oposición de editoriales y
organizaciones de autores en diversas partes del mundo. La opción
resultante de la iniciativa, que se traduciría en permitir acceso
electrónico a más de 9 millones de libros descatalogados sigue llamando
poderosamente la atención, y progresivamente va derribando el obstáculo
que la legislación de derechos de autor plantea para su consecución.
El
giro que el proyecto estaría dando se apoya en la resolución dictada
por una Corte Federal de Apelación en EUA, que ha estimado como
procedente que Google realice la digitalización de millones de libros,
bajo la influencia de la doctrina del “uso justo”. Esta digitalización
no tendría todavía por propósito el acceso directo a las obras, pero si
la posibilidad de realizar búsquedas indexadas, así como la producción
de escaletas resumidas de los contenidos.
Inicialmente, tanto el
Congreso como los tribunales de primera instancia en Washington
descalificaron la iniciativa de Google y negaron toda posibilidad de
digitalización de las obras, bajo la consideración de que esa tarea
implicaba la reproducción no autorizada de la obra, lo que por
definición constituye una potestad del titular del derecho de autor
sobre la misma.
Bajo la doctrina del “uso justo” invocada por
Google, la digitalización de libros de bibliotecas públicas y de
universidades se ubica en una excepción al considerarse que no sólo no
se agravia el derecho patrimonial de los autores, sino que, de manera
contraria, se incentivan posibles reediciones de las obras al hacer
accesible un resumen de su contenido y agregarlas a los poderosos
motores de búsqueda diseñados para el efecto.
El argumento de
Google para sustentar este esfuerzo para la formación del reservorio de
literatura más basto en la historia de la humanidad, es el hecho de que
se trata de libros descatalogados, cuya consulta no perjudica a ninguna
editorial poseedora de derechos, dada la inexistencia de ejemplares para
la venta. El proyecto, inclusive, contempla un mecanismo para permitir a
cualquier autor o casa editorial que reclame derechos sobre una obra,
darla de baja del archivo o transferirla a una sección en la que los
usuarios pagarían por su consulta.
De momento, la decisión ha
sido objeto de toda clase de críticas de parte de las Uniones de
autores, que consideran que es este el inicio de un detestable monopolio
de Google respecto de la literatura existente en el mundo, a partir de
su capacidad de digitalización, indexación, archivo y búsqueda de
contenidos, que en breve plazo desplazaría la propia función editorial
que por siglos ha permitido que los libros lleguen a los lectores.
Al
final, esa es la que parece ser la discusión de fondo que la Suprema
Corte deberá resolver en breve cuando el expediente llegue a su
jurisdicción. Si se debe defender un sistema construido a lo largo del
tiempo, cuya desmontaje causará pérdida de empleos y cambios profundos
en la industria editorial, o si se dejan libres las fuerzas tecnológicas
que impulsan este tipo de iniciativas bajo la pretendida justificación
del beneficio de los consumidores, y un extendida y todopoderosa
libertad de expresión.
Fuente:
Artículo: "Trascendental resolución permite digitalización masiva de libros" escrito por Mauricio Jalife, en el periodico El Financiero el día: 28.10.2015.
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/trascendental-resolucion-permite-digitalizacion-masiva-de-libros.html
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