Durante un año, desde abril de 2015 hasta junio de 2016, el grupo de trabajo Open Access and Scholarly Communication de la organización Open Access Network Austria (OANA), han estado trabajando en Viena para proponer mejoras y cambios en el proceso de comunicación científica. El resultado de su trabajo se refleja en los 12 principios que deberían regir la publicación y comunicación científica en el futuro… cercano.
Los doce principios son:
- Accesibilidad (accesibility): la comunicación científica debe ser inmediata, y accesible libremente a todos.
- Detectabilidad (discoverability): la comunicación científica debe facilitar la búsqueda, exploración y descubrimiento del conocimiento.
- Reusabilidad (reusability): la comunicación científica debe hacer posible que se desarrollen nuevos trabajos reutilizando otros como punto de partida.
- Reproducibilidad (reproducibility): la comunicación científica debe ofrecer resultados que sean reproducibles.
- Transparencia (transparency): la comunicación científica debe ofrecer medios transparentes y abiertos para juzgar la credibilidad de los resultados.
- Comprensibilidad (understanbility): la comunicación científica debe ofrecer la investigación de forma, clara, concisa y comprensible, ajustada a diferentes públicos.
- Colaboración (collaboration): la comunicación científica debe fomentar la colaboración entre los investigadores y sus socios.
- Aseguramiento de la calidad (quality assurance): la comunicación científica debe apoyar y mejorar la revisión de los resultados, incluyendo sistemas de revisión abiertos.
- Evaluación (evaluation): la comunicación científica debe ser clara y adecuada, y primar la calidad de la investigación.
- Progreso validado (validated progress): la comunicación científica debe promocionar la producción de nuevo conocimeinto uy la validación del ya existente.
- Innovación (innovation): la comunicación científica debe aprovechar las posibilidades de nuevas tecnologías.
- Bien público (public good): la comunicación científica debe expandir el conocimiento público y facilitar su uso.
Magníficos, desde luego… ahora sólo queda que los políticos europeos desechen el viciado sistema de rankings, métricas y demás juguetes privados en manos de multinacionales que se están usando para comunicar y evaluar la ciencia.
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