Cuando usamos una Wi-Fi pública debemos extremar las precauciones porque no sabemos quién puede estar monitorizando nuestra actividad, pero también el Wi-Fi doméstico es susceptible de ser hackeado. Así, los hackers pueden acceder a tu router simplemente para usar tu internet gratis (en el mejor de los casos), pero también para registrar lo que hacemos y tener acceso a nuestra información. ¿Cómo saber si nuestro Wi-Fi doméstico ha sido hackeado? A continuación, cuatro síntomas para sospechar y qué puedes hacer para evitarlo.
Cuando tenemos una visita indeseada en nuestra red Wi-Fi, la meta de quienes entran es tratar de pasar desapercibidos. No obstante, hay algunas señales que pueden hacerte sospechar: estas son las más comunes. Antes de empezar, merece la pena recordar cómo entrar en la configuración del router, algo que podemos hacer desde un ordenador o similar, tecleando en el navegador 192.168.0.1 o 192.168.1.1. A partir de aquí, introduciremos las claves de acceso. Lo normal es que sean las credenciales por defecto (vienen en una pegatina o en la caja del router, pero en el peor de los casos siempre puedes googlear la marca, el modelo o tu operadora en Google).